El poder de las nuevas tecnologías para darle la vuelta a la tortilla

Si nos dejan.

Y empiezo con estas palabras porque el tema del que voy a hacerme eco está relacionado con diferentes aspectos que nos afectan a todos, como son la democracia, la libertad de expresión o el respeto.

Gracias a una breve reflexión en Facebook de la gente de Ilusiona he dado con un site muy interesante que recoge algunas ponencias que se llevaron a cabo en Donosti el pasado mes de junio, cuyo tema era las nuevas tecnologías como clave de la revolución política. Euskadi+innova expone las ideas defendidas por algunos expertos sobre la posibilidad de reinventar la democracia a través de la participación ciudadana vía redes sociales. El caso es que una reflexión parecida la hizo un amigo mío hace unos años y hoy en día ni si quiera tiene Facebook ni Twitter. Paradójico, ¿verdad?

"Utilizar las nuevas tecnologías de una manera organizada para ayudar a las redes ciudadanas a hacer llegar sus propuestas al mundo de las administraciones y la política". "Necesitamos una intensa alfabetización digital, participativa y en valores dentro de la administración". "Es el momento de escuchar".

La verdad que son reflexiones ricas en contenido, de las cuales no discrepo, pero creo que necesitan pasos previos para su propuesta e instauración en la sociedad virtual y la sociedad real (las cuales se fusionan día a día). Si en ocasiones no existe libertad de expresión ni respeto cuando alguien dice su opinión sobre algún tema social o político, ¿estamos seguros que en la red se va a producir ese respeto?

Y por otro lado, ¿les interesa a los políticos escuchar y que los demás escuchen lo que la sociedad expresa libremente sobre ellos o sus actividades?. En Pamplona se han iniciado estas acciones de votaciones públicas vía internet (véase el carte de los Sanfermines), pero se quedan muy lejos del verdadero potencial y uso productivo de los nuevos softwares (como pueden ser votaciones de presupuestos municipales) buscando una verdadera comunicación bidireccional entre los que de verdad deberían tener el poder (la población) con los que deciden de manera unilateral sobre lo que nos afecta a todos.